Mientras nos volvemos más adultos, más inútiles nos sentimos. Más la generación burbuja y siento que TALPA plantea y aborda ese problema desde una perspectiva en ocasiones disparatada pero que nos hace ser cómplices de que esa es una verdad. TALPA se creó cuando Samuel Fernández pasaba por una crisis de depresión exprimido en su trabajo (no de director), para llegar a un nivel insano. TALPA redacta muy bien esa verdad de la presión por aparentar ser mejor, pero sobre todo, ¿para quién?

Además de eso, el minimalismo de la serie se combina extraordinariamente bien con las referencias a Quentin Tarantino, Yorgos Lanthimos y David Cronenberg en su última temporada experimentando dentro del New Flesh. La serie cuenta con mil experimentos de por sí, más allá de la trama principal si no, cinematográficos y la dota de una esencia curiosa de retrofuturismo. Una oda a A24 como productora favorita de Samuel Fernández que exprime su dolor para crear una joya del cine low cost.